miércoles, 13 de marzo de 2013

Escena Will Hunting

-          -    Estuve pensando en lo que me dijiste el otro día sobre mi pintura. Me pasé casi toda la noche pensando, y se me ocurrió una idea. Luego caí en un sueño plácido y no he vuelto a pensar en ti. ¿Sabes qué se me ocurrió?
-          +    No.
-          -    Que eres un crío y que, en realidad, no tienes ni idea de lo que hablas…
-         +     Vaya, gracias.
-          -    Es normal, nunca has salido de Boston.
-          +    No.
-          -    Si te pregunto algo sobre arte, me responderás con datos de todos los libros que se han escrito. Miguel Ángel lo sabes todo: vida y obra, aspiraciones políticas, su amistad con el Papa, su orientación sexual, lo que haga falta, ¿no? Pero tú no puedes decirme como huele la capilla Sixtina, nunca has estado allí y has contemplado ese hermoso techo. No lo has visto…
Si te pregunto por las mujeres supongo que me darás una lista de tus favoritas. Puede que hayas echado unos cuantos polvos, pero no puedes decirme que se siente cuando te despiertas junto a una mujer y te invade la felicidad.
Eres duro. Si te pregunto por la guerra probablemente citarás algo de Shakespeare: “De nuevo en la brecha amigos míos.” Pero no has estado en ninguna, nunca has sostenido a tu mejor amigo entre tus brazos esperando tu ayuda mientras exhala su último suspiro.
Si te pregunto por el amor, me citarás un soneto, pero nunca has mirado a una mujer y te has sentido vulnerable, ni te has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que Dios ha puesto un ángel en la Tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno. Ni que se siente al ser su ángel y darle tu amor y darlo para siempre. Y pasar por todo, por el cáncer. No sabes lo que es dormir en un hospital durante dos meses cogiendo su mano porque los médicos vieron en tus ojos que el término “horario de visitas” no iba contigo. No sabes lo que significa perder a alguien, porque sólo lo sabrás cuando ames a alguien más que a ti mismo. Dudo que te hayas atrevido a amar de ese modo.
Te miro y no veo a un hombre inteligente y confiado. Veo a un chaval creído y cagado de miedo. Eres un genio Will, eso nadie lo niega. Nadie puede comprender lo que pasa en tu interior. En cambio, presumes de saberlo todo de mí porque viste un cuadro y rajaste mi puta vida de arriba abajo. Eres huérfano, ¿verdad? ¿Crees que sé lo dura y penosa que ha sido tu vida, cómo te sientes, quién eres porque he leído “Oliver Twist”? ¿Un libro basta para definirte? Personalmente eso me importa una mierda porque ¿sabes qué? No puedo aprender nada de ti, ni leer nada de ti en un maldito libro.
Pero si quieres hablar de ti, de quién eres… Estaré fascinado, a eso me apunto. Pero no quieres hacerlo, tienes miedo, te aterroriza decir lo que sientes […] Tú mueves, chaval.


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