Chinatown me enganchó ya hace unos días en la Paramount. La vi
empezada y no la acabé de ver pero con tan solo aquellos 10 minutos, Jack Nicholson
me pareció un Bogart en color.
Años 30, Los Ángeles se muere de sed y el ingeniero de la
Compañía de Aguas Hollis Mulwray se niega a construir un pantano. Jake Gittes
(Jack Nicholson) es un detective privado acostumbrado a casos de infidelidad. A
su despacho acude la mujer de Mulwray, Evelyn (Faye Dunaway). Poco después
Mulwray aparece muerto en el embalse. Al tiempo que Jake intenta resolver el
asesinato se ve envuelto en el caso de la corrupción de los embalses en Los
Ángeles.
Chinatown recrea ambientes del cine negro pero con auténtico
carácter, me refiero a que el guión va más allá de los arquetipos pensados para
ese tipo de género. Faye Dunaway parece encarnar a la femme fatale pero es sin
embargo el personaje más fuerte y noble, como dice el guionista Robert Towne,
es una heroína. Jake no se limita al papel de detective sarcástico, que sabe
cómo tratar a las mujeres, resolutivo… arrastra también un trauma que le hace
no separarse de Evelyn y es el motor de sus acciones.
No es difícil que estando enamorada de caballeros de los
años 30 me haya molado mucho Chinatown. Me parece muy interesante
el personaje de Jake porque está marcado por la muerte de una mujer en el
pasado cuando era policía en el distrito que da nombre a la película. Por eso
el final me parece un acierto: “Olvídalo, Jake. Es Chinatown”
Por cierto, el autor de la herida incurable que acompaña al
detective durante la resolución de todo el lío no es otro que Roman Polanski
director de este film.
Tati Leopardis