lunes, 11 de marzo de 2013

Abraham Lincoln: Cazador de vampiros


“Abraham Lincoln: Cazador de vampiros”, título atrayente donde los haya. Basada en la novela de ficción de Seth Graham- Smith, esta película busca sorprendernos y provocarnos.
Sin duda la visión de un Abraham Lincoln joven y cazando no-muertos, al menos a mi, me fascina.


Esta historia nos muestra como tras perder a su madre a manos de un vampiro, Lincoln (Benjamin Walken ) decide dedicar su vida a matarlos y a proteger a las personas.
Tras intentarlo por su cuenta y ser machacado, decide formarse en el bello arte de matar criaturas infernales y para ello su nuevo amigo Henry Sturgess ( Dominic Cooper) le enseñará todo lo que debe saber.
Tiene grandes enemigos en el Sur del país, Adam (Rufus Sewell), uno de los vampiros más veteranos, no le va a poner tan fácil la tarea de liberar a los Estados Unidos de América de esta maldita estirpe sanguinaria.
El trabajo es duro y deberá tomar sus propias decisiones, y así hace, decide luchar con las palabras más que con el hacha, convirtiéndose en el decimosexto presidente de los Estados Unidos. Pero nunca nada es tan sencillo como parece a simple vista y quizá deba desempolvar su vieja hacha de guerra.

Una visión única y muy fresca de la historia de este carismático personaje, sin duda un poco más sangrienta que a real, pero que nos quiere mostrar otro punto de vista de lo sucedido en una época de gran conflicto.

El cartel me llamó la atención desde el primer momento en que lo vi, amor a primera vista que lo llaman, pero al ver al director algo se me movió por dentro.
Timur Bekmanbetov es el director de “Guardianes de la noche”, la única película en la que no pude aguantar más y me salí de la sala, para mi, uno de los mayores timos escondido bajo un tráiler que te muestra lo único bueno de la película.
Aún escéptica con la dirección me animé a verla y la sorpresa fue mayúscula.
La estética, la puesta en escena, la fotografía, la elección de los personajes... todo un acierto y cuidado hasta el mínimo detalle.
Las escenas de Lincoln con el hacha hacen babear a todo amante de la acción y la fantasía.
Si tuviese que sacarle un fallo a la peli, sería la manía del director de digitalizar demasiado las escenas de efectos especiales, hasta tal punto que parece que estás viendo un videojuego. Es algo recurrente en sus películas, pero con la escrupulosa técnica del resto del film, bajo mi punto de vista la desmerece.

No puedo negar que me llamó mucho la atención que uno de sus productores fuese Tim Burton y para mi apostó por un caballo ganador.


Dedicadle un par de horitas de vuestro tiempo que no os arrepentiréis.

Marta, cazadora de pelis


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