Dirección: Peter Weir
Guión: Andrew Niccol
Banda sonora: Burkhard Dallwitz
Fotografía: Peter Biziou
“Truman Burbank (Jim Carrey) es un hombre corriente que vive
en una pequeña ciudad de la que nunca ha salido. Su vida es completamente
normal hasta que un día comienza a darse cuenta de unos cuantos sucesos muy extraños
que van a cambiar su vida para siempre. Vive en un estudio de televisión, sus
amigos y su familia son todos actores, y su vida está siendo transmitida por
todo el mundo.”
Hacía tiempo que no veía una película que me resultase
original de verdad, a pesar de ser lo que vemos todos los días en la
televisión. He de decir que me ha sorprendido mucho, el guión y la idea me
parecen muy buenos, está pensada al detalle, no deja ningún cabo suelto.
La
interpretación de Jim Carrey es genial (por fín se llevó el oscar), lleva la
película con su toque personal de humor al que nos tiene acostumbrados, pero
está claro que cuando tiene que ponerse serio es muy capaz; creo que nadie
podría haberlo hecho mejor. Al terminar de verla me quedé con ganas de mucho
más, querría saber cómo sigue la historia, por eso en principio el final me
pareció un poco drástico y me dejó chafada, pero tras pensarlo de nuevo creo
que el final es perfecto tal y como está y refleja perfectamente la vida que
llevamos, siendo una enormísima crítica a la sociedad y este tipo de programas.
Lo mejor: Toda entera.
Lo peor: ¡Nada de nada!
Valoración: 4,75/5
Terpsícore.
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